“Asfixiados” nos muestra un relato de amor y desamor en tiempos donde las parejas y la sociedad en general se hacen muchas más preguntas que hace veinte años.
Nacho (Leonardo Sbaraglia), un productor workaholic, y Lucia (Julieta Díaz), chef y aspirante de fotografía, están casados hace veinte años, tienen una hija y un matrimonio que pende de un hilo finito llamado rutina. Un día deciden pasar unas vacaciones románticas en un velero en compañía de otra pareja amiga, Ramiro (Marco Antonio Caponi) y Cleo (Zoe Hochbaum), que sólo les muestran el contraste de los vínculos. Pero de pronto llega una tormenta que los obliga a enfrentar todo eso que vienen callando.
Si bien por momentos la historia toma tinte dramáticos, prevalece siempre un manto de humor que hace sumamente llevadera y divertida toda la cinta. La dupla de personajes compuesta por Sbaraglia y Díaz, está muy bien armada y particularmente es especialmente interesante el recorrido de la mentalidad de Lucia desde que sale de su casa, se sube a un velero y luego siente que su vida se pierde en una tormenta.
Paralelamente para el desarrollo del personaje de Lucia, una bocanada de aire fresco es la interpretación de Hochbaum como Cleo, una chica de 24 años bien representada y aunque esta pudiese ser una descripción más, lo cierto es que muchas veces la juventud en un entorno de personas +40 puede ser mostrada algo exagerada, paródica y burlona. No es el caso. Cleo le ofrece a Lucía una mirada sincera de una mujer que vive libremente por y para su disfrute y diversión, algo que Lucía resignó durante mucho tiempo.
Si me preguntas… “Asfixiados” es una lograda historia por momentos tragicómicas del despertar de un matrimonio frente a las nuevas formas de querer, estar y mantener una relación. Disfrutable, sincera y con el toque de que Natalia Oreiro tiene una participación que le suma mucho.