Barbie nos unió a muchas mujeres por generaciones de formas diversas. Algunas como ese juguete de la infancia que tuvimos, otras que quisieron tener y la economía no nos proporcionó, otras por detestarla por representar una imagen inalcanzable y para otras fue todas esas razones que incluso pudiesen contradecirse entre sí.
Porque ese es el escenario que plantea Greta Gerwig en su nueva, y ultra taquillera, “Barbie”. Un escenario donde dos mundos se contraponen, se diferencian, se asimilan y se refutan y objetan desde miradas y sentimientos tan humanos que es imposible ser indiferente.
«Barbie» es una película feminista, si. Porque para entenderla desde todas sus aristas hay que comprender lo que el feminismo significa también. No planeo dar una clase del tema, pero por lo menos remarcar que Greta Gerwig entendió perfectamente las complejidades, distorsiones, similitudes y contradicciones que existen entre los hombres y las mujeres. Se toma su tiempo para demostrar que no existen héroes y villanos, sino contrapuntos que nos vuelven sensibles y débiles (que no son lo mismo).
Se entiende que algunos de los discursos escuchados, palabras y situaciones representadas puedan parecer repetitivas o ya contadas, pero no fuera de Internet, de Twitter y de todo tipo de redes sociales, no de esta forma, no con actores de este calibre, no desde la mirada del juguete que marcó a millones de niñas, hoy mujeres, del mundo, y sin dudas, no con el humor y el nivel artístico que Greta Gerwig nos propone en “Barbie”.
Una película valiente que deja que sus protagonistas se luzcan y que el gran coro de actores y actrices que acompañan deslumbren en medio de un diseño de producción impoluto.
Si me preguntas, “Barbie” le habla a nuestra niña, a nuestra adolescente y a nuestra adulta. Nos pasea por nuestros miedos, por nuestras virtudes, defectos, locuras y vicisitudes de una forma que cada espectador pueda quedarse con aquel momento que más le resuene de su propia vida.
Y el cine que te invita a reflexionar desde el humor, es a criterio de quién escribe, una de las formas más bellas de arte.
Barbi un estereotipo de perfección, era mi percepción pero después de leer este análisis me dan ganas de verla